La alegría es algo que experimento. Nunca en uno de mis textos. A veces siento que tengo todo, muchos lo dicen y hasta desearían estar en mi lugar, ahí es cuando me doy cuenta que no tengo los pies en la tierra. O por lo menos es lo que creo, ya que abro los ojos y me siento afianzado, de vuelta de ese mundo de nubes, y veo que ese todo, me tiene a mí.
Me tiene expectante, me tiene dando giros, trabajando para mantenerlo. Y de vuelta me pregunto, ¿Cuál es el mundo real? ¿Cuál es el mundo de mi imaginación?
Creo que la posibilidad de estar equivocado es una simple esperanza. El miedo de estar construyendo un sueño que finaliza con mi angustia y mi dolor me saca las ganas de descansar aunque tenga un día largo por delante. Todos los escenarios posibles son factibles, pero ninguno tiene la felicidad completa en el. Aunque de lo único que creo estar seguro es que ese tipo de felicidad no existe, y me vuelvo a tranquilizar un poco, porque veo que tengo un pedazo de realidad en mi mano.
Las dudas son miles, pero sobre el final siempre me pregunto ¿Qué me pasa?, no puedo disfrutar el momento. La importancia de esto es preocupante, asfixiante, es un camino duro, sin luz.
Tengo miedo. Esa es otra realidad, no muy halagadora, ni inspirante, pero por lo menos algo es, otra vez realidad. El fracaso esta a la vuelta de todas mis esquinas, esperándome detrás de cada puerta, y con el viene la angustia, la tristeza, la desazón y la lagrima.
Pero también me pregunto ¿Dónde esta la razón? ¿Dónde esta la lógica? ¿Por qué no actúo en consecuencia? Y entonces me vuelvo a preguntar ¿Qué me pasa?
Me resumo entonces la situación en una paradoja: se que voy a perder, pero no pierdo la esperanza. ¿No es como decir, si meto la mano en el fuego, puede ser que no me queme?
Siento inactivo a mi poder de decisión, la angustia me esta cerrando de a poco el pecho.
Con esta información las decisiones deberían ser claras, eliminar lo malo y tratar de construir algo bueno, ahora porque no lo estoy haciendo... mi mente gira.
No encuentro respuestas contundentes, seguras.
Creo también que mi miedo a perder esta fundado por otro lado en la poca información segura que me llega, con esto hago referencia concretamente al dilema que se me presenta al querer eliminar ciertas cosas que por falta de paciencia podrían demostrarme, ser las mejores, y al desaprovecharlas demostrarme que estaba equivocado, ahí la locura. Esa es la esperanza. Entonces mi decisión no se transforma en una lógica exacta, pasa a ser un azar. Y nadie más que yo, sabe que no me gusta perder. Menos cuando tengo posibilidades de ganar, y menos me gusta desperdiciar algo que quiero. En un momento lo hice y hasta el día de hoy me sigo arrepintiendo. Ahora bien ese arrepentimiento también es parte de este dilema, la seguridad que me ofertaba un pasado despreciado en su momento me es atractiva y me seduce por la falta de seguridad de este presente. Por eso odio los dilemas y por eso odio el azar en la vida (no en el juego).Pero todos estos dilemas ¿Porque se presentan? Para quien tengo al lado ¿Es una carga? ¿Es aburrido? De ahí también mi falta de seguridad. Todo este proceso de digamos “maduración” creo que me va a terminar alejando lo que quiero tener, capaz que de ahí la falta de seguridad de lo demás. Pero creo que es un factor mas que importante la falta de información, con ella podría tomar una decisión mucho más rápido. No se si acertada, pero estaría seguro y contento de tomarla. Por lo menos no me estaría planteando y replanteando durante horas y noches de oscuridad estos problemas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Aveces demasiada información puede ser contraproducente creo, aunque siempre es bueno pasar por el proceso de madurarión antes de emitir un juicio concreto y mas si es sobre uno mismo. Que la busqueda sea muy positiva...
Publicar un comentario